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Verdades.

El molesto pitido de una máquina hizo que despertara, escuchó algunos murmullos y abrió sus ojos lentamente, sintiéndose mareado y débil.

—Hijo —escuchó la voz de su padre.

—Mi bebé —ahora fue su madre.

Su cabeza dolía, su cuerpo dolía, parecía que fue golpeado brutalmente, quizás y fue así, la vida había sido muy cruel con él dejándolo lastimado y sin piedad.

—¿Jungkook? ¿Dónde está Jungkook? —su única preocupación en este momento es su amante, ese que sin pensarlo se había convertido en su todo.

—Tranquilo cariño, Jungkook está en la otra habitación, está estable —dijo Sooyeon acercándose a él y tomando su mano para acariciarlo.

—¿Qué me sucedió a mi? Solo recuerdo haber llegado aquí —preguntó, su voz sonando suave y rota.

—Entraste en crisis, pero estarás bien —respondió Yeongyu.

—Quiero ver a Jungkook.

—En un momento, primero debes esperar a que el doctor te revise, ¿bien?

—¿Qué pasó? —preguntó cerrando sus ojos, respiraba profundo evitando quebrarse en llanto.

Sus padres sabiendo a que se referían tan solo lo vieron con pesar.

—Aún no se sabe que provocó el incendio —respondió su padre.

—Pero están investigando —se apresuró a decir Sooyeon—. Jin se ha encargado de eso.

—No puedo creerlo, estaba todo marchando tan bien, yo tenía todo —dijo empezando a llorar.

—Calma hijo, Taehyung, Eunwoo y Jihyo están en este momento revisando que puede salvarse —comentó Yeongyu.

—Y Namjoon y Haesul están con Jungkook en este momento, Jin está tratando de hablar con las autoridades para ver la razón del incendio.

—Todos ayudan y yo estoy aquí siendo un inútil —se quejó limpiando sus lágrimas.

—No te sobrecargues, todo estará bien.

—Tu madre tiene razón, saldremos adelante como la familia unida que somos —alentó Yeongyu.

✧✦✧

—¿Cómo te sientes?

Jungkook estaba en la camilla del hospital, sus ojos pesaban y tenía unos cables conectados a su cuerpo. Una guía donde pasaba el antibiótico por sus venas y un respirador artificial.

—Bien, algo cansado.

—El doctor dice que estás fuera de peligro, un poco de humo en tus pulmones, de no haberte sacado a tiempo te hubieses intoxicado, usaron algo más en ti, ¿recuerdas qué sucedió? —preguntaba Namjoon.

Pues el médico les había dicho que presentaba residuos de un químico más. Alguna sustancia especialmente para dormir.

—Más o menos —hablaba despacio y lento—. ¿Jimin?

—Él está bien hombre, vendrá a verte en un momento, por ahora Jeon, quiero que descanses y cuando estés mejor, puedas recordar un poco de como llegaste hasta ese lado del restaurante.

—¿Se quemó todo? —preguntó ignorando lo que decía el morocho, se sintió preocupado y triste por pensar en su amante desilusionado por lo sucedido.

—Aún no me avisan si hay algo rescatable, el incendio fue colosal, aún no entendemos como tú... ya sabes, un milagro.

—Necesito ver a Jim, ¿puedes decirle que venga?

—Él tuvo una crisis nerviosa, está mejor, no te preocupes, solo dale tiempo pues Sooyeon me dijo que esperaban al médico para que lo revisara.

—Esto debe ser una pesadilla, todo iba tan bien —frotó sus manos entre su rostro sintiendo impotencia.

—Debemos apoyar a Jimin, más que nunca necesita sentir nuestro apoyo, era el primer jodido día. ¿Qué sucedió? —hablaba Namjoon queriendo comprender esa vuelta del destino.

—Ve por él por favor —pidió casi rogando.

La puerta se abrió dejando ver la mata de rizos que Jungkook tanto amaba, suspiró al verlo sonreír tímidamente, aún con sus ojos tristes quería verse bien ante su amante.

—No será necesario, aquí está —el morocho lo dejó pasar sonriéndole y dándole un abrazo reconfortante a Jimin—. Ánimos —fue todo lo que pudo decir, salió de ahí dándoles privacidad a los dos hombres.

—Hola —susurró Jungkook.

—Kook —su voz sonó apenas audible, de lo mucho que había llorado sonaba diferente y eso hizo doler el corazón del castaño quien abrió sus brazos para recibirlo.

—Aquí estoy bebé, aquí estoy —decía mientras intentaba darle espacio al rizado en su cama, quien como pudo se acomodó abrazando a Jungkook y enterrando su rostro en su pecho. El castaño tan solo acariciaba sus rizos para transmitirle algo de tranquilidad.

—Perdí todo —dijo comenzando a llorar nuevamente—. Pero me siento feliz de que tú estés bien, tuve tanto miedo cuando supe estabas adentro.

—Estoy bien bebé y sobre lo otro, trataremos de reponerlo, ¿si? Nada está perdido si sigues teniendo ese sueño.

—Solo no importa ya, estás vivo y es lo único que de verdad me mantiene fuerte ahora mismo.

Ambos quedaron en silencio queriendo procesar lo que había sucedido horas atrás. Todo parecía tan irreal... un movimiento brusco de la vida.

—De verdad lamento todo esto.

—Siento que volví al inicio de todo, con la diferencia que ahora estoy contigo Kook —dijo soltando un suspiro y aferrándose más al cuerpo del mayor.

—Te dije que no me alejaría —el castaño acariciaba a su amante, los dos necesitaban sentir tranquilidad, sentir que todo estaría bien—. Te amo Jimin.

El rizado lo miró, le sonrió y asintió con su cabeza, se acercó y besó los labios de su amante —Te amo Jungkook.

Quedaron en silencio, nada más ofreciéndose caricias, sus respiraciones calmadas y el cansancio apoderándose de sus cuerpos.

Ni siquiera se dieron cuenta en que momento los dos quedaron dormidos, abrazados, sosteniéndose y aferrados al otro. Sintiendo paz y calma al tenerse cerca.

✧✦✧

—Hola. ¿Ella está?

—Lo siento, está en su trabajo y...

—Jungkook, mi hijo se encuentra en el hospital y sé que le hará bien ver a su nana, por favor, dile a Hanna que la estaremos esperando —interrumpió Haesul, había ido a buscar nuevamente a Hanna, de quien no sabían desde hace varios meses.

Jungkook jamás se rindió y siempre insistía en irla a buscar o dejarle recados que jamás respondía.

Haesul estaba subiendo a su auto cuando escuchó su nombre ser llamado. Sonrió al ver a la nana de su pequeño. Se llenó de nostalgia cuando ella se acercó y la abrazó.

—Lo lamento, lamento no haber respondido antes.

—Tranquila, estás bien y eso es lo importante, Jungkook no ha dejado de buscarte.

—Lo sé, siempre lo veo y también he visto a ese chico de rizos.

—¿Jimin? —preguntó con duda.

—Si, él también estuvo rondando por aquí, de verdad lamento mucho haberme ido de esa forma, no tuve opción.

—¿A qué te refieres?

—Yugyeom —dijo y Haesul quiso llegar inmediatamente hasta donde su hijo.

✧✦✧

—Despierten tórtolos —habló Taehyung entrando a la habitación de Jungkook, quien seguía acurrucado junto a Jimin.

—¿Pasa algo? —preguntó el castaño, despertando lentamente, abriendo y cerrando sus ojos acostumbrándose a la claridad.

—Honestamente si —respondió Kim, sentándose cerca de ellos—. Hablamos con las autoridades, están seguros que el incendio fue provocado y no un accidente —dijo en voz baja pues Jimin seguía dormido.

Jungkook no dijo nada, el sueño rápidamente se desvaneció y solo miró a Jimin, suspiró antes de preguntar —¿Quién pudo provocarlo?

—No tenemos idea, Jimin no es el tipo de gente que le cae mal a otros y quieran causarle este tipo de daños.

—¿Y si fue un accidente? Es decir, alguien que lo provocó pero por accidente.

—Lo pensé, lo dije pero habían unos galones de combustible cerca del lugar, dudo mucho que haya sido sin querer.

—Todo pasó tan rápido.

—Si, ¿cómo fuiste a dar hasta atrás? Es decir, ¿qué hacías ahí?, yo solo recuerdo ver humo saliendo de la cocina y todo se puso en caos.

—Yo... no lo sé, es borroso, recuerdo que buscaban a Jimin, tú hiciste que manchara su camisa así que fue al baño y yo salí, pero no lo sé, iba a entrar pues no había nadie y después solo desperté aquí.

—Fue planeado —se escuchó la voz de Namjoon mientras entraba junto a Jin quien traía una expresión de cansancio, Jungkook se sintió mal pero agradeció tenerlos a ellos.

—¿Ya es confirmado? —preguntó Taehyung.

—Es estúpido pensar que no, para empezar, Eunwoo había revisado todas las instalaciones eléctricas, son nuevas, ¿cómo creen qué fue un corto circuito? ¡No! Hay mano de alguien más, yo lo sé —dijo Jin sintiéndose muy molesto.

—Jin tiene razón, pero, ¿por qué alguien haría eso? Estamos hablando de la vida de mucha gente en un lugar, la histeria colectiva que ocasionaron, o sea, ¿con qué motivo?

Jungkook tan solo escuchaba, quería recordar con claridad que había sucedido con él.

—Por cierto Jungkook, Yugyeom no ha dejado de preguntar por ti —dijo Namjoon en un susurro, para evitar que Jimin oyera pero fue en vano.

El castaño sintió a Jimin tensarse ante la mención del otro.

—¿Están bien? —preguntó Jin al ver la reacción de Jungkook y la tensión de Jimin, quien abrió sus ojos posando su mirada en un punto fijo sin decir una sola palabra.

—Iré por la enfermera —anunció Taehyung.

—No —dijo Jeon—. No llames a nadie, estoy bien, ¿Jimin?

—¿Vendrá Yugyeom? —preguntó sintiéndose inseguro—. No quiero que venga.

—Él no me interesa de esa forma amor, solo es un amigo, por los años de conocernos supongo que quiere venir a verme.

—Él está enamorado de ti —respondió como si eso fuese motivo suficiente para que rechazara verlo.

—Pero yo de él no.

—Pero, ¿por qué quiere verte?

Los otros tres chicos se vieron entre sí y decidieron salir para darles privacidad.

—Porque nos conocemos de años Jimin, por eso.

—Y yo soy un cantante famoso, ¿no? Él ha hecho cosas para meterse en tus pantalones —habló sintiendo molestia.

—¿Lo ha logrado? ¿Lo ha hecho Jimin? — respiró profundo queriendo no alterar a ninguno de los dos, sabía que su amante estaba sensible por lo sucedido.

—¡No lo sé! Tú dices que no, pero yo no sé —dijo y se levantó de la camilla.

—¿No me crees?

—Jungkook por favor, si tuviera a alguien encima mío como él lo está de ti, ¿creerías en mi?

—Te vi subido en alguien, ¿recuerdas? Y te creí cuando dijiste que no hicieron nada. ¡Te creí Jimin!

El rizado se quedó sin palabras, tenía razón, Jungkook ha confiado en él sin rechitar. Se sentó en la silla cerca de la camilla y bajó su cabeza sintiendo vergüenza.

—Lo siento.

Jungkook tan solo suspiró, lo vio unos segundos y sintió que no podía ser rudo con él.

—Te amo a ti —le dijo—. Empieza a creer en mi, ¿si?

—Lo haré —se levantó y se atrevió a besar los labios de su amante sintiéndose seguro de lo que ambos tenían—. Te amo.

Nuevamente el ambiente se sintió calmo. Volvieron a ser ellos dos. Hablaron un poco acerca de cómo se sentían y luego pidieron algo de comer.

✧✦✧

—¿Hay más?

—No Hae, solamente eso, me asusté porque jamás lo vi así.

—Necesitamos hablarlo con Jungkook, no puedo creer que Yugyeom sea así.

—Solo no quise dar problemas, lo vi complicado, no supe que hacer —respondió con vergüenza viendo hacia la ventana.

—Te entiendo, pero dime, ¿hablarás con él?

—Si, es ahora o nunca, iré a visitarlo y espero que pueda escucharme.

—Lo hará —Haesul condujo hasta el hospital en donde estaba Jungkook. Una vez que llegaron se bajaron y caminaron hasta el ala de ingresos—. Olvidé las galletas que le prometí, las dejé en el auto —dijo ella—. ¿Quieres adelantarte?

—Está bien —Hanna caminó por el pasillo, Haesul le había dicho en qué habitación se encontraba Jungkook. Se detuvo al reconocer la espalda de cierto chico quien estaba hablando por celular.

—No era a Jungkook a quien tenían que llevar ahí. ¿Están dementes? Era al estúpido del chef, ahora por su culpa el imbécil de Jimin está vivo y a su lado —decía—. No, no me importa que se hayan equivocado, jodieron todo, casi muere hecho cenizas Jungkook por la ineptitud de ustedes —se quejaba queriendo mantener la voz baja—. Justo ahora iré a verlo, espero que esté completo y sin un rasguño o ya verán —fue lo último que comentó y colgó.

Se arregló su saco y entró a la habitación.

Hanna se quedó congelada en su puesto, ¿había oído bien? Su preocupación llegó nuevamente y solo pudo ir en busca de Haesul.

Yugyeom estaba muy furioso, quería contactarse con los dos inútiles que hicieron mal su trabajo pero estos no respondían. Al darse cuenta que Jimin estaba a salvo y Jungkook no aparecía sintió como si todo estaba perdido.

Sabe que tiene sentimientos por el ojiazul, algo enfermizo pero no quiere dañarlo, mucho peor quemarlo. Estaba preocupado por su salud, gracias a Namjoon supo estaba estable y se encontraba en el hospital.

Suspiró pensado si era buena idea presentarse pero tuvo que hacerlo, no quería levantar sospechas así que no tuvo de otra que ir a enfrentar sus temores.

Abrió la puerta que Namjoon le había dicho, entró sin importarle más nadie.

—Jungkook... ¿Cómo te sientes? —dijo con preocupación llegando hasta donde estaba el ojiazul.

Jimin ni siquiera se movió de su asiento y siguió tomando la mano de Jungkook lo que hizo que Yugyeom lo viera de mala forma.

—Yugyeom —saludó—. Muy bien, gracias por preguntar y venir.

—Estaba tan angustiado por ti —acarició la mejilla del castaño quien se apartó notablemente viendo a Jimin quien no estaba nada contento con la presencia del otro ahí—. Y lamento lo que le sucedió a tu restaurante, es una pena que nos hayas hecho pasar ese mal momento, tuve tanto miedo.

—No fue culpa de Jimin —dijo Jungkook serio.

—Pero fue su restaurante, tiene que tener más cuidado con las cosas que tiene, fue peligroso, para su suerte nadie salió herido o peor... muerto.

—No fue mi culpa —dijo bajito el ojiverde quien sintió ganas de llorar al recordar los sucesos de la noche anterior.

—Jimin no fue el responsable de eso, alguien lo hizo, ¿sabías? Las autoridades están tratando de investigar más.

—¿Si? Pues espero encuentren al que lo ocasionó, si es que es como ustedes dicen.

—Es lo que es.

—Solo te diré que cada quien es responsable de lo que tiene, por ejemplo, tú de tu empresa.

—No es lo mismo, Yugyeom si vienes a esto es mejor que te vayas, no voy a permitir que hagas sentir mal a Jimin cuando ya está lo suficientemente triste como para escucharte a ti.

—Solo decía la verdad, además tu amante en turno no debe tomarse todo tan personal.

—¿Qué mierda dices? —preguntó sintiéndose verdaderamente molesto—. Jimin no es mi maldito amante en turno, es mi pareja y ya deberías saberlo.

—¿Pareja? Es una broma, ¿no? —dijo sintiendo el veneno recorrerle por las venas—. Namjoon no me ha dicho que sean novios, estás mintiendo.

—Los chicos no saben ni un carajo, no tengo porqué contarles todo de mi vida, así que no voy a permitir que le hables de esa forma.

—Solo es un estúpido amante Jungkook, ¿qué tiene de especial este idiota?

Jimin tan solo escuchaba sin atreverse a levantar la vista, toda su tristeza estaba acumulada y escuchar hablar a Yugyeom sobre ser un amante en turno lo hizo sentir peor. Pues con Jungkook realmente no eran una pareja, no había un jodido título que los proclamara novios oficiales aunque el castaño se llenara la boca diciendo que lo son. ¿Por qué no se lo habrá pedido? Tal vez sepa la respuesta, pues tener todos los beneficios de un novio sin serlo puede mantenerlo confiado y a raya, ya que no tendría ningún motivo por el cual darle a Jimin el lugar que se merece.

Tenía la libertad de estar con otras personas ya que no le debía fidelidad. Así que las palabras de Yugyeom hicieron eco en su mente. Amante en turno, como todos los que estuvieron antes de él, quizás solo tuvo algo de ventaja en algunas cosas pero no dejaba de ser como el resto. Solo su solución temporal de sexo.

Jungkook vio el rostro decaído de Jimin, sabía que se estaba atormentando y peleando con sus propios pensamientos. Odiaba estar en esa camilla y no poder sacar a Yugyeom a patadas de ahí. Ya había colmado su paciencia.

—Te lo diré una vez más, no es mi amante, es mi novio, así que te pediré que te largues ahora mismo —dijo en tono serio.

En la puerta sonaron dos toques y se abrió dejando ver a Haesul.

—Hola —saludó sonriente—. Yugyeom, que sorpresa, ¿cómo estás? —todos la vieron un poco extrañados por el tono dulce que usó pero no dijeron nada.

—Hola Haesul, es un gusto verla —respondió.

—Estoy muy bien, solo venía a ver a Kookie pero se nota que está muy bien, así que debo retirarme.

—¿Tan pronto?

—Si, es que no soy bienvenido aquí, es curioso como todo ha cambiado —fingió inocencia—. Pero quiero que sepan que cualquier cosa que necesiten, estaré a su disposición, te quiero Jungkook, adiós Hae —Yugyeom salió de ahí con el enojo más grande.

¿Su novio? Pero, ¿en qué momento? Estaba furioso, odiaba la existencia de todo el mundo en este instante.

Jungkook trataba de descifrar la expresión de su madre —¿Qué fue toda esa amabilidad? Antes ni siquiera lo llamabas por el nombre.

—Hay algo que tengo que decirles —dijo sin más, ignorando el comentario de su hijo.

Ambos chicos se vieron con algo de intriga y confusión. Jungkook tomó la mano de Jimin quien agradeció eso.

—¿A qué te refieres?

—Es sobre Yugyeom, él... —guardó silencio un momento y sacó su celular, dejó un mensaje en él y nuevamente se dirigió a los chicos—. Lo siento, tenía que avisar algo, por ahora, quiero que presten atención, tenemos que hacer algo al respecto antes de que una obsesión enfermiza como la de él acabe con la vida de alguien aquí.

—¿A qué se refiere? —preguntó Jimin.

Jungkook parecía saber a que se refería, el fugaz pensamiento pasó por su mente pero no lo creía capaz de hacer algo así, ¿o si? Jungkook quiso vomitar.

—Hay alguien a quien tienen que escuchar —dijo Haesul, segundos después la puerta se abrió nuevamente dejando ver a Hanna, Jungkook se quiso levantar, pero tan solo pudo sentarse en la camilla, estaba sorprendido y feliz de verla.

—Nana —dijo aún con sorpresa—. Hanna, estás aquí.

—Hola Jungkook, Jimin —saludó—. No hagas mucho esfuerzo, quédate ahí —dijo y se acercó a él para abrazarlo.

Jungkook lo hizo, la abrazó sintiéndose aliviado de que ella estuviera bien, de que estuviera ahí. La abrazó como cuando era un niño y lloraba en sus brazos cuando sus padres lo regañaban o castigaban cuando se portaba mal. La abrazó como esa vez que comió más galletas de las que debía, haciendo doler su estómago. La abrazó sintiéndose de nuevo un niño consentido por su nana, quien se encargaba de cuidarlo, quien se había convertido en parte de su familia.

Jimin miraba la escena, sonrió enternecido por lo que veía. Supo entonces que Hanna era más que un ama de llaves, era más que una empleada de servicio en la casa de su amante.

Haesul también sonrió. Su familia quería mucho a Hanna, ella había formado parte de sus altos y bajos momentos, le tenían un cariño muy especial.

—Había ido a buscarte muchas veces —le dijo Jungkook tomando sus mejillas.

—Lo sé, también sé que has ido tú Jimin, lamento mucho no haberlos atendido —comentó ella separándose y poniéndose de pie junto a Haesul.

—¿Por qué te fuiste? Yugyeom dijo que no querías quedarte.

—Justamente he venido a decir la verdad, pasó algo con él.

—¿Qué? ¿Te hizo algo? ¿Estás bien?

—Tranquilo Jungkook, deja que Hanna hable.

—Fue el día que ustedes se fueron, ¿recuerdan qué llegaron a buscar ropa? —vio a los chicos asentir—. Él llegó como dos horas después a buscarte Jungkook.

"Hanna se encontraba limpiando la cocina, se había preparado algo rápido de comer, ya que al no estar Jungkook no le gustaba tomar las cosas de más, aunque el castaño siempre le decía que tomara todo lo que ella quisiera.

Luego de que Jungkook y Jimin se fueran, ella quedó ordenando un poco la habitación de Jungkook, pues había dejado algunas cosas en desorden cuando hizo su maleta de prisa.

Sonrió al darse cuenta que habían unas cosas que no eran suyas, como por ejemplo el par de botas que se encontraba junto a sus zapatos. Claro que supo que Jimin era alguien especial para que tuviera todas esas libertades en la vida de Jungkook.

Lo había cuidado desde niño, lo conocía muy bien. Sabía acerca de su vida, normalmente lo aconsejaba, cuando este se acercaba sintiéndose frustrado, buscaba de Haesul y también buscaba de ella, le gustaba tener puntos de vista diferentes y de personas que tenían más experiencia en la vida que él o sus amigos.

Hanna quería mucho a Jungkook, tanto como si fuese su hijo. Le tomó cariño desde que lo vio por primera vez en esa pequeña cuna y el pequeño Jungkook siendo un bebé le sonrió y la vio con ojos curiosos. Robó su corazón desde el primer segundo.

Ha servido a los Jeon desde entonces. Lamentando el fallecimiento de Jeon Seonkyu. Estuvo en todos esos momentos en que Jungkook y Haesul necesitaban de un hombro en donde llorar su pérdida.

Así que, ver su cara iluminada por tener a Jimin cerca le hizo sentir que al fin había encontrado a su persona ideal. Sabía muy bien lo que sufrió con su ex pareja, por lo tanto, verlo interesado en alguien más sentimentalmente era algo nuevo para todos.

Escuchó el timbre ser tocado, abrió la puerta y su semblante se volvió serio, como cada vez que veía a Kim Yugyeom llegar a la casa de Jungkook.

Buenas tardes señor —saludó amablemente. Yugyeom la ignoró y entró empujándola, abriendo paso hasta llegar a la sala de estar.

—¿Está Kookie? —Hanna tan solo cerró sus ojos y respiró profundo, no podía ser grosera pues de algún modo sabía que era cercano a Jungkook.

—No, él salió.

—¿Sabes a dónde fue? ¿O si está con Namjoon o Jin? —preguntó sonando indiferente.

—No, no lo sé.

—Por alguna razón que desconozco sé que mientes, siempre lo haces, ¿no? Nunca te agradé.

—Solo no sé donde está.

—¿Cómo esa vez que estaba donde su madre y me mentiste diciendo no sabías? ¡Por favor! Conozco ese plan tuyo, no soportas verme cerca de él, ¿no es cierto?

—No sé donde está el señor Jeon, así que si me disculpa, le pediré que se retire.

Yugyeom tan solo se rió.

—No eres más que una estúpida empleada, más te vale que me digas en donde está Jungkook o le diré que me trataste muy mal, lo conoces, él no va a dejar que me traten de esa forma.

—¿Por qué mentiría sobre eso?

—Porque nunca te he soportado, siempre tratas de estar metiéndote donde no te llaman.

—Que haya evitado tocar al señor Jeon estando en estado de ebriedad no me hace una metida, es a quien debo de proteger.

—Sabes que no fue así, aunque lo digas, nadie va a creerte, así que dime de una vez maldita mugrosa en donde está mi Jungkook.

Hanna lo vio unos segundos, pensó que hubiese sido buena idea dejarle en claro que Jungkook ya tiene a alguien en su vida. Quizás y con eso deje de acosarlo.

—El joven Jeon salió junto al joven Park, seguramente lo conoce, ya que usted es cercano al joven Jungkook.

—¿Qué dices? ¿Con el estúpido chef?

—Con Jimin, si.

Yugyeom la vio con furia, odiaba que Jungkook compartiera tiempo junto al rizado. Estaba celoso. Quería ser él quien estuviera junto a Jungkook, quien tuviera la atención y quizás algo más del ojiazul pero su mayor obstáculo para obtener lo que quería era Park Jimin.

—¿Te ha agradado el sujeto?

—Es una persona muy amable, agrada a cualquiera.

—Me alegra oír eso, porque entonces no quisieras que Jungkook y el imbécil de Jimin sufrieran, no lo sé, ¿algún accidente?

—¿Qué? —preguntó queriendo saber si había oído bien; pero la sonrisa de Yugyeom fue tan desquiciada que supo no estaba bromeando.

—Sería una lástima, ¿no lo crees? Pero esto es lo que haremos, tú te vas a largar de aquí ahora mismo, seré yo quien espere por Jungkook, debe saber de una buena vez que soy yo quien le conviene, no ese pobretón del cocinero de quinta.

Mi deber es quedarme aquí, no voy a obedecerlo a usted.

—Me importa una mierda lo que pienses es tu estúpido deber, harás lo que yo te diga sino quieres que las consecuencias sean caras.

—¿Por qué hace esto? No debería de perder su dignidad en buscar la atención de Jungkook cuando él ya está enamorado de Jimin.

—¿Tú qué sabes? Ese cocinero solo quiere su estúpido dinero, ¿no lo ves? En cambio conmigo podríamos hasta juntar nuestras fortunas.

—A él no le importa el dinero, le importa Jungkook... yo los he visto.

¡Que patético! ¿Crees que es amor? —se burló—. Solo es su amante en turno, siempre he sido yo a quien quiere y lo sabes.

—Un gusto pasajero no puede competir con el amor verdadero —respondió.

Nunca se había enfrentado de esta forma ante Yugyeom pero honestamente ya no lo soportaba. Él siempre que llegaba la hacía menos, hacía comentarios groseros y a veces hasta parecía querer humillarla.

Yugyeom por supuesto que no le gustaba como la señora Hanna hablaba. ¿Amor? ¿Acaso Jungkook estaba enamorado de Jimin? Tenía que idealizar un plan pronto si quería ganar esta guerra que él solo había creado.

—Escúchame bien —dijo acercándose a ella de forma amenazante—. Haremos las cosas a mi modo, no te quiero merodeando en esta casa, quiero que te largues y si le dices algo a Jungkook, no me importa hacer cualquier cosa para cobrarte por ser una entrometida.

—No le harías daño a Jungkook —afirmó.

—Pero lo haría contigo y el cocinero de mierda.

—Jimin, no—jadeó con angustia.

—Ahora mismo toma tus cosas y te vas, Jungkook si o si debe entender que soy yo el único que le conviene.

Hanna no quería obedecer, pero temía por Jimin, si al rizado le sucedía algo Jungkook estaría mal y si el ojiazul estaba triste ella también, porque lo quiere como a un hijo. Así que era un círculo, donde partía volvía a llegar y eso le asustaba un poco. No conocía ese lado agresivo de Yugyeom. Sabía que era un malcriado porque ha sido muy consentido por sus padres, siempre le han dado lo que ha querido por eso, que no obtenga lo que desea, que es Jungkook, ha golpeado su ego y su parte irracional en donde piensa que todo lo que pida se le va a conceder.

Se había quedado pensando en eso que el movimiento brusco la hizo volver a la realidad. Yugyeom la había tomado del brazo siendo descuidado.

—¿No estás oyendo? —le alzó la voz—. ¡Lárgate!

Hanna ahogó un grito de dolor, pues la fuerza de Yugyeom era superior a su aguante. Ella era una señora, por supuesto que le dolió. Caminaron hasta la habitación que le fue asignada y que Yugyeom conocía muy bien.

Toma tus miserias y vete ahora mismo —su rostro reflejaba enojo e inconformidad, pensar en Jungkook y Jimin juntos estando enamorados lo hizo reaccionar de esa forma. Tan bruto y arisco.

—N-No puedo irme, el joven Jungkook vendrá y yo... —hablaba apenas, sus nervios estaban presentes, fue interrumpida por la risa del otro quien apretó más su agarre.

—Importas una mierda, te vas a ir y asunto resuelto, todos salimos ganando.

Yugyeom la soltó para que guardara algunas de sus cosas, Hanna tenía miedo.

Nuevamente la tomó del brazo y se encargó de sacarla de la casa. Advirtiéndole no volver y no decir nada al respecto o no le iba a gustar la consecuencia de sus actos.

Hanna jamás lo había visto de esa forma. Siempre eran comentarios humillándola o haciendo que trabajara doble en la limpieza pero jamás se había atrevido a tocarla o a decirle esa cantidad de cosas. Estaba sorprendida y con algo de miedo.

Salió de ahí y tomó un taxi hasta su casa. Estaba siendo consiente que sino quería problemas debía mantenerse alejada. Supo que Yugyeom no estaba jugando al escupir esas palabras llenas de veneno. Pues el rencor, el odio y la envidia le sobresalían y de sobra al chico.

Los días siguientes vio muchas veces a través de la ventana el auto de Jungkook estacionado frente a su casa. Vio algunas veces a Jimin llegar en taxi, otras tantas a Haesul. Pero nunca los recibió.

Lloraba de tan solo verlos. En especial a Jungkook quien parecía decepcionado y confundido cuando le decían que ella no se encontraba en casa. Notó también la tristeza en el rostro del hombre que ha cuidado desde que era un bebé.

Pero quería que estuvieran bien. Quería que pudieran estar bien. En esos momentos no supo que callarse todo más bien hacía grande el problema."

Hanna relató a detalles lo que había sucedido. Cada palabra que rondó en su mente todo este tiempo.

Jungkook y Jimin escuchaban sintiendo impotencia, ganas de vomitar y mucho enojo acumularse.

—Yo de verdad lamento no haber hablado antes, solo estaba asustada.

—Hanna ven aquí —dijo Jungkook—. ¿Te lastimó? —preguntó.

—Solo fue eso que le conté.

—Sabes que eres más que eso, no creas en sus palabras, ¡mierda! Eso lo sabes, eres de esta familia, lo sabes —decía mientras abrazaba el cuerpo de la mujer mayor.

—Discúlpeme joven Jungkook, no supe que hacer.

—No fue tu culpa, sé que te sentiste intimidada, Yugyeom supo manipular todo.

—Y al llegar aquí lo escuché hablar, Haesul me comentó acerca de lo que sucedió en su restaurante, lo siento mucho pequeño Jimin, me gustaría poder retroceder el tiempo para evitarlo —comentó con lástima y sintiéndose culpable.

—Nadie podría haberlo evitado Hanna, tan solo pasó —dijo Jungkook.

—No, dije que lo escuché hablar, fue Yugyeom que lo hizo —confesó.

Toda la habitación quedó en silencio. La vieron queriendo buscar la acusación falsa pero sabían que no era así. Jungkook lo supo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jimin.

Hanna les contó lo que había escuchado, esperaba no equivocarse pero con las acciones de Yugyeom anteriormente todos sabían que si era capaz de hacerlo.

—¿Jimin? —habló Haesul al ver al rizado casi temblando y comenzando a llorar—. Cariño, ¿qué pasa? —preguntó llegando hasta donde estaba él para abrazarlo.

—Él... —dijo mientras sorbía su nariz—. Él quemó mi restaurante —comentó entre lágrimas—. Lo quemó y me quería muerto.

Jungkook tragó su saliva sintiéndola pesada. Su pecho estaba sintiéndose pesado. Su cabeza estaba creando miles de escenarios. Entonces, habían llamado a Jimin para matarlo, ¿no? Vio al rizado y sintió una punzada en su pecho, si Yugyeom hubiese acabado con la vida del hombre a quien su madre está consolando también hubiese acabado la de él.

Escuchando todo lo que había sucedido con Yugyeom supo que no estaban seguros, en especial Jimin.

—Tú vas a quedarte aquí —dijo llamando la atención de todos—. Vas a quedarte aquí, junto a Hanna y tus padres, ¿bien? Yo me encargo de arreglar esto.

—¿Estás loco? ¡No! Yo iré contigo.

—¿No escuchas? —alzó la voz—. Él quiere acabar contigo, ¡por todos los cielos! Si él te hace daño yo no... no podría, no —dijo esto último queriendo llorar.

—Kook —Jimin se acercó a él y lo tomó por las mejillas dejándole un beso—. No pienso dejarte solo.

—Tengo que hacerlo y ya sé que haré —dijo decidido.

—¿Cuál es tu plan?

—No quiero que lo sepas, solo confía en mí, por favor.

—¿Qué harás Jungkook? —preguntó imaginándose muchas cosas.

—Jimin, te amo pero necesito que confiese lo que ha hecho, solo así podré actuar con las autoridades.

—¿Qué? ¿Qué harás? —insistió.

—Solo confía en mí.

—Por favor, no hagas algo que después haga te arrepientas, no lo vale.

—¿No lo vale? ¿No has escuchado nada acaso?

—No quiero que te expongas, dejaremos que las autoridades se encarguen, ¿lo entiendes?

—No conoces a Yugyeom, sé como hacerlo hablar así que, por favor no interfieras.

Jimin lo miró con reproche. Jungkook tan solo suspiró y buscó su móvil. Buscó en sus contactos el número del chico y le dejó un mensaje.

Jungkook:
Hola, ¿podemos hablar? Necesito verte.

Recibió una respuesta casi al instante.

Yugyeom:
Creí que solo necesitabas a tu novio.

Jungkook:
Tal vez no, quizás tengas razón, solo ha sido mi amante en turno, ¿podemos vernos?

Yugyeom:
¿En tu casa?

Jungkook:
Si, te espero mañana a las 8:00 p.m, ¿está bien para ti bebé?

Yugyeom:
Nos vemos a esa hora Kookie, me alegra que hayas recapacitado, sabía que ibas a elegirme al final.

Jungkook:
Si, ya me divertí un poco con el cocinero, ya es momento de que me quede con quien he querido desde hace años.

Yugyeom:
Nos vemos mañana amor, no te vas a arrepentir.

Y claro que Jungkook vomitó. Tener que escribir de esa manera teniendo a Jimin viéndolo con tristeza es algo que no pudo soportar. Cerró sus ojos y dejó el celular en una de las mesitas cerca de su cama.

Hanna se despidió minutos después junto a Haesul, prometiendo que estaría en casa de la señora Jeon esta vez. Hae quedó de poner al tanto a los demás de lo que estaba sucediendo.

A Jungkook le darían de alta hasta la mañana siguiente, pues querían asegurarse de que estuviera en buenas condiciones y gracias a que no sufrió ninguna quemadura, no necesitaba seguir ingresado.

Jimin lo vio desde donde estaba sentado. Su estómago se revolvió al imaginarse lo que pensaba hacer su amante pero no comentó nada.

La enfermera entró y le aplicó lo que sería el último medicamento a Jungkook. Poco a poco se relajó y se quedó dormido. Jimin se quedó junto a él, tomó su mano y también aprovechó en dormir un rato. Se sentía cansado física y emocionalmente.

Había pasado como una hora cuando el teléfono del ojiazul comenzó a sonar. Era una llamada entrante de Yugyeom. Jimin despertó y su corazón se aceleró mucho. Tomó el celular entre sus manos pero no respondió, entró a mensajes y leyó todo lo que Jungkook le había escrito hacia unos momentos.

Aunque sepa las intenciones del castaño, sus lágrimas se hicieron presentes. Le dolió.

Miró que Yugyeom estaba en línea y se salió de su chat, pero el chico le envió una foto a Jungkook y su curiosidad hizo que entrara nuevamente para verlo.

Jadeó con dolor cuando notó lo hermoso que era Yugyeom con lencería. Es lo que vería Jungkook mañana, es lo que vería siempre si llegaba a cambiar de opinión respecto a lo de ellos.

Sus inseguridades salieron a flote. ¿Qué le garantizaba que Jungkook no iba a sentir cosas por él de nuevo? Si viéndolo de esa forma cualquiera puede caer ante su belleza y el mayor solo sería uno más de sus condenados.

Sus sollozos pronto se hicieron escuchar despertando así a Jungkook.

—¿Jimin? ¿Qué pasa amor? —preguntó estirándose en la camilla y sentándose en ella. Notó que el rizado tenía sus celular e hizo una mueca tomándolo en sus manos. Revisó lo que había visto confirmando que era el chat con Yugyeom. Se sorprendió un poco al ver la foto pero no sintió nada.

—Solo, evita decirle que lo amas, por favor —rogó, su voz sonando lejana y suave, limpió sus lágrimas y se permitió ver a Jungkook.

—Jimin...

—Sé lo que planeas, no es necesario que lo digas, sé porqué lo haces pero no por eso deja de doler.

—Te prometo que no pasará nada, sólo necesitamos que confiese.

—¿Loco no? Al fin tendrás lo que habías querido antes, lo tendrás gimiendo bajo tu cuerpo.

—¿¡Qué carajos!? Hago esto para poder protegerte, no es por mi, ¿cuándo vas a entenderlo? No quiero que esto arruine lo nuestro, necesito que seas maduro y que confíes en mi.

—No quiero que llegues a eso, puede haber otra forma, solo no quiero que lo escojas cuando te des cuenta que aún sientes cosas por él.

Jungkook tan solo sonrió comprensivo. Jimin estaba inseguro por sus celos.

—Pude contenerme todo este tiempo antes de ti, ¿por qué piensas que ahora es diferente? Te tengo Jimin, ahora más que nunca sé que no siento nada por él, solo tú eres al único a quien amo, a quien quiero decirle buenas noches y buenos días por el resto de mis días, ¿me crees?

Jimin entonces se permitió respirar bien. Las cenizas de todo el fuego que ha consumido su vida en pocas horas estaba sobre él, se permitió levantarse y sacudirse de los escombros.

Asintió en dirección de Jungkook —Está bien, pero deja que pueda ayudar, ¿okay? Por favor, esto es sobre nosotros, tenemos que ser un equipo —se levantó y se acercó al ojiazul, sentándose en la camilla.

—De acuerdo, solo espero que nada cambie entre nosotros —dijo acariciando la mano del rizado.

—Lo haremos juntos, porque eso es lo que hacen los amantes, supongo —respondió acariciando la mejilla del ojiazul.

—No, es lo que las parejas deben hacer —respondió sintiéndose nervioso.

—¿Parejas? —preguntó confundido y con un brillo en sus ojos, vio a Jungkook sonreír y supo entonces que jamás debía dudar de él.

—Park Jimin, ¿me harías el honor de aceptar ser mi novio?

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